"Por las conversaciones que tuve con , parecía ser un individuo civilizado, digno de confianza y una persona que tenía un negocio de cables". Así fue como Dăndică Andi Constanțiu describió la primera impresión que tuvo del líder de la banda de la Riviera Maya cuando se conocieron en Cancún en 2014. Este promotor inmobiliario acababa de empezar a trabajar con la esposa rumana de Tudor, Rebeca, en su ciudad natal de Craiova (Rumania). Juntos habían comprado un terreno para construir dos bloques de apartamentos. Según los fiscales, Tudor usó el proyecto para blanquear ganancias de su estafa con cajeros automáticos en México. Tras pelearse con Rebeca por una inversión de 2016, dos de los matones de Tudor atacaron a Dăndică. "He intentado liberarme", dijo Dăndică a fiscales rumanos el año pasado. "Desde el principio me di cuenta de lo que él quiere. Quería hacerse con todo lo que yo tenía, usando todo tipo de trucos."