El líder de la banda de la Riviera Maya se describe como víctima del acoso policial. En marzo de 2020, organizó una rueda de prensa en su casa, en la que acusó la policía mexicana de robarle más de 2,7 millones de dólares y de abusar de él y de su familia. "Durante mi detención, fui torturado física y mentalmente", dijo a los medios de comunicación. También afirmó que nunca fue amigo de Constantin Sorinel Marcu, un exdelincuente asesinado en 2018 cerca de la casa de Tudor. En una carta abierta publicada en un periódico local en febrero de 2020 volvió a atacar a la policía, afirmando que él y su familia vivían "una pesadilla que nunca termina, de tratos crueles, inhumanos y degradantes por parte de los que están en el poder".