El 11 de mayo de 2019, al amanecer, las autoridades mexicanas realizaron sendos registros en la casa de Florian Tudor en Cancún y en las oficinas de su principal compañía en México, Top Life Servicios, arrestándolo a él y a otras cinco personas. Diez meses después, Tudor alegó que los agentes se habían llevado joyas, dinero en efectivo y computadoras, que según él tenían un costo de alrededor de 2,7 millones de dólares. Se inició una investigación oficial contra los oficiales, informaron medios mexicanos. En una conferencia de prensa en marzo de 2020, Tudor afirmó que había sido torturado física y mentalmente durante su detención.