El exsocio

Andi Constanțiu Dăndică, un constructor de bienes raíces de Craiova, dijo que conoció a la esposa rumana de Florian Tudor, Rebeca, a través de su propia esposa en 2013 y comenzó a trabajar con ella un año después. Juntos, construyeron dos edificios de apartamentos en la ciudad natal de Tudor, en lo que los fiscales rumanos dicen era un plan para lavar las ganancias de la estafa en los cajeros automáticos de la banda de la Riviera Maya. Dăndică también visitó a Tudor en México, pero afirmó que nunca estuvo al tanto de la fuente del dinero para el proyecto de Craiova. Él y Tudor se distanciaron en 2016. Él y Rebeca Tudor se repartieron la inversión inmobiliaria. Dăndică dijo que fue atacado por los hombres de Tudor al año siguiente y luego se convirtió en testigo de la acusación rumana contra él.