La banda de Florian Tudor contrató técnicos y programadores rumanos para modificar la tecnología de los cajeros automáticos y los dispositivos de skimming. Uno de ellos fue Cristian Simion, de 44 años, que se postuló como candidato a una oferta de trabajo en Alemania en el que buscaban personas con conocimiento de Bluetooth y otras tecnologías de transmisión de datos. Esperaba que le pagaran bien. Pero cuando contactaron a Simion le dijeron que el puesto ahora era en México. Sin saber cuál era el verdadero negocio de la banda, Simion se fue a Cancún, donde trabajó para el grupo de Tudor instalando dispositivos de skimming y software en los cajeros de la banda. En abril de 2017 huyó a Rumanía. Aunque en un principio, bajo presión de Tudor, Simion aceptó volver a Cancún por una temporada corta, pero tras ser amenazado por la banda se convirtió en testigo contra sus antiguos empleadores.