El multimillonario de origen uzbeko es conocido por su cercanía con el presidente ruso Vladímir Putin, con el que supuestamente tiene vínculos financieros, así como con el expresidente Dmitri Medvédev. Este habría usado personalmente las lujosas residencias de Usmánov.

Varios senadores estadounidenses le solicitaron al gobierno de Donald Trump incluir a Usmánov en su informe sobre la injerencia rusa en las elecciones presidenciales de 2016. Lo describieron como “uno de los oligarcas con más influencia política de Rusia, con estrechos vínculos con el Kremlin”.

A través de USM Group, un holding que usa para su imperio empresarial, los intereses de Usmánov abarcan las telecomunicaciones, los medios de comunicación y la minería.

Un representante de Usmánov le dijo a OCCRP que nunca se ha beneficiado del gobierno ruso o de la privatización de activos públicos. Y que su capital fue obtenidos exclusivamente a través de inversiones transparentes y la administración de riquezas.

Añadió que la propiedad de la mayoría de bienes inmobiliarios se trasfirió hace tiempo a su familia y que él solo puede usarlos si los alquila.

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