El jefe de la oficina de aduanas de la ciudad fronteriza de Brod fue investigado y detenido por corrupción en relación con una red criminal donde se vieron implicadas las autoridades aduaneras.
Según el fiscal del Estado, la trama de facturas falsas de importaciones en Bosnia y Herzegovina costó al fisco 153 millones de euros. La presunta trama alcanzaba la cúpula de la administración fiscal nacional.