Un poderoso funcionario del gobierno del exdictador libio Muammar Gaddafi, acusado de malversar miles de millones de dólares durante las dos décadas que estuvo al frente de la Organización para el Desarrollo de Centros Administrativos, gestionada por el Estado.
Ali Ibrahim Dabaiba fue titular de al menos una cuenta en Credit Suisse durante este periodo. La cuenta permaneció abierta hasta agosto de 2012, meses después de la destitución de Gadafi. Al menos cuatro miembros de su familia y socios comerciales también poseían cuentas en el banco, algunas de las cuales permanecieron abiertas durante varios años después. Una cuenta conjunta, que controlaba el hijo de Dabaiba y una empresa costarricense, alcanzó un saldo máximo de más de 18 millones de francos suizos.