Estrecho colaborador del dictador bielorruso Alexander Lukashenko, el magnate de la energía Aleksin irrumpió en la escena empresarial bielorrusa en 2012, justo después de que se impusieran sanciones a un grupo de oligarcas de alto nivel en respuesta a la brutal represión por parte del régimen de las protestas políticas. Ese mismo año, parte de la fortuna de Aleksin se depositó en Credit Suisse.
En 2021, la Unión Europea y Estados Unidos incluyeron finalmente a Aleksin en su lista negra, calificándolo de “billetera” de Lukashenko.